21.03.07
El agrupamiento de trabajadores ocupados del Frente Popular Darío Santillán va tomando forma y sumando compañeros, luego de la decisión del Frente de dar impulso a este sector.
Durante el año pasado comenzamos a reunirnos los trabajadores de distintas regionales del Frente para ver la manera de viabilizar la decisión de impulsar el sector, acercar compañeros nuevos, acompañar y sumarnos a las luchas sindicales que estallan todos los días y que no encuentran respuestas en los aparatos burocratizados.
Hemos realizados cinco plenarios y vemos que, de a poco, se va armando. Las primeras reuniones propiciaron el reagrupamiento de compañeros que, siendo ocupados, ya eran parte del Frente y participaban de otros sectores o áreas; luego, fuimos convocando compañeros nuevos que desean encarar luchas sindicales con lógicas nuevas, por afuera de las operaciones burocráticas a las que la dirigencia sindical nos tiene acostumbrados. Así, llegamos a formar el sector de trabajadores ocupados y a convertir la revista La Fragua en el medio para expresarnos (ver cuadro aparte).
Una de las problemáticas más visibles de los trabajadores es la precarización laboral permitida por las leyes de los gobiernos de Menem y De la Rúa y nunca cuestionadas ni derogadas por el gobierno actual (supuesto defensor de los derechos humanos). Hoy observamos que es permanente el crecimiento de formas de contratación precarias, que dejan en situaciones de total vulnerabilidad a los trabajadores y, más aún, a los trabajadores que se organizan para combatirla.
Otro de los grandes ejes de las luchas de hoy, creemos, debe ser la pelea por un salario justo, que no se rija por los números dibujados por el gobierno, sino por cálculos que contemplen las necesidades reales de los trabajadores y sus familias, condenados por años a ajustar su consumo y privarse de acceder a bienes y servicios básicos, debido, entre otras razones, al temor de perder el empleo.
Luchamos desde nuestros lugares de trabajo contra la expansión de la precariedad laboral, por un salario justo y por la reducción de la jornada de trabajo. Sabemos que no podemos hacerlo solos. Debemos necesariamente acercarnos a otros grupos de trabajadores que paulatinamente han empezado a encarar distintas luchas y por eso participamos del Movimiento Intersindical Clasista (MIC).
Durante el año pasado comenzamos a reunirnos los trabajadores de distintas regionales del Frente para ver la manera de viabilizar la decisión de impulsar el sector, acercar compañeros nuevos, acompañar y sumarnos a las luchas sindicales que estallan todos los días y que no encuentran respuestas en los aparatos burocratizados.
Hemos realizados cinco plenarios y vemos que, de a poco, se va armando. Las primeras reuniones propiciaron el reagrupamiento de compañeros que, siendo ocupados, ya eran parte del Frente y participaban de otros sectores o áreas; luego, fuimos convocando compañeros nuevos que desean encarar luchas sindicales con lógicas nuevas, por afuera de las operaciones burocráticas a las que la dirigencia sindical nos tiene acostumbrados. Así, llegamos a formar el sector de trabajadores ocupados y a convertir la revista La Fragua en el medio para expresarnos (ver cuadro aparte).
Una de las problemáticas más visibles de los trabajadores es la precarización laboral permitida por las leyes de los gobiernos de Menem y De la Rúa y nunca cuestionadas ni derogadas por el gobierno actual (supuesto defensor de los derechos humanos). Hoy observamos que es permanente el crecimiento de formas de contratación precarias, que dejan en situaciones de total vulnerabilidad a los trabajadores y, más aún, a los trabajadores que se organizan para combatirla.
Otro de los grandes ejes de las luchas de hoy, creemos, debe ser la pelea por un salario justo, que no se rija por los números dibujados por el gobierno, sino por cálculos que contemplen las necesidades reales de los trabajadores y sus familias, condenados por años a ajustar su consumo y privarse de acceder a bienes y servicios básicos, debido, entre otras razones, al temor de perder el empleo.
Luchamos desde nuestros lugares de trabajo contra la expansión de la precariedad laboral, por un salario justo y por la reducción de la jornada de trabajo. Sabemos que no podemos hacerlo solos. Debemos necesariamente acercarnos a otros grupos de trabajadores que paulatinamente han empezado a encarar distintas luchas y por eso participamos del Movimiento Intersindical Clasista (MIC).
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