lunes, 11 de octubre de 2010

CTERA, elecciones 2010


El delicado equilibrio de la burocracia celeste.

El 2 de Septiembre se realizaron las elecciones de la Central de Trabajadores de la Educación de la República Argentina – CTERA. En un clima enrarecido, la Lista Celeste-Violeta quedó primera secundada por la Lista Lila. Cruzada por la interna de CTA no le alcanzaron a la lista oficialista los trucos de la burocracia para poder festejar el triunfo. ¿Qué caminos deberemos tomar para construir formas organizativas que representen genuinamente las necesidades y deseos de las miles de compañeras y compañeros que a diario pueblan las Escuelas? Encontrar esa respuesta es nuestro desafío.

El pasado 2 de Septiembre hubo elecciones en la CTERA. La Lista Celeste, en alianza con la Violeta, quedó primera con cerca del 72%, segunda la Lila con algo menos del 17%; tercera la Rosa-Gris-Verde, con 6,2%; y última la Lista Marrón con 3,5%. Se estima que concurrió a votar sólo la cuarta parte del padrón. (http://web.wamani.apc.org/apcaa/img_upload/efdda831483156d55ea631ca8ae76d0f/09_09_2010_escrutinio_ctera.pdf)

La Celeste no llegó a esta elección como quería. Cruzada por la interna de CTA; empujada desde abajo por la pérdida de poder adquisitivo del salario y las condiciones de trabajo; desde el costado por los paros de UDOCBA y desde arriba por los acuerdos con el Gobierno. Sin embargo, dispuso de algunas de las herramientas burocráticas que le dieron resultado en el pasado. Ocultamiento de padrones, escuadrones de remises, fraude, desinformación y escasísima propaganda.

La oposición llegó dividida en tres listas (1). La Rosa-Gris-Verde (Tribuna Docente del PO), la Marrón (Corriente 9 de Abril del PTS), y la Lila, que es un espacio sostenido desde 2007 y que agrupa a varias direcciones sindicales y agrupaciones docentes del país. Esta última es la única que representa procesos genuinos de construcción por abajo, con procesos de lucha y que conduce seccionales y sindicatos con masivo apoyo de la base.

Pero no sólo la división golpeó a la oposición. Procesos de lucha con gran desgaste(2), el bajo porcentaje de aumentos salariales en los últimos años, los descuentos de días de paro en Buenos Aires y otras provincias, y el vaciamiento de la vida política al interior de los sindicatos calaron hondo en la dinámica gremial, dificultando la militancia y participación.

Con un ojo en el 2 y el otro en el 23
Si la burocracia celeste se jugaba a un gran triunfo en CTERA para forzar la unidad con la Verde de ATE o disputar en mejores términos la interna en la CTA: no le salió. Si bien la mengua de votos afectó más a la oposición, la Celeste no pudo ocultar que la escasa participación no servían ni para festejo ni de plataforma para disputar la conducción de la CTA frente a la ruptura con la Verde. Pese a todo, el delicado equilibrio que transitaron les permitió sostenerse y hasta ganar en lugares emblemáticos como Entre Ríos, dirigido por la Lila.

Vacío
Más allá de los resultados, es evidente que la CTERA se ha transformado en un cascarón vacío. La elección no cruzó la vida escolar ni motivó debates ni toma de posiciones fuera de la militancia.
A la función de trampolín político –pasar de CTERA a una banca– se le suma, desde el gobierno de la Alianza, la integración de la gestión en la política educativa nacional. Con la llegada de Kirchner al poder, se podría hablar de co-gestión de política educativa, que llega a la elaboración proyectos de ley (que son presentados como grandes logros de la lucha docente) y conformación de programas de formación, entre otras cosas.

Este nivel de acercamiento con el Gobierno y la cada vez mayor transformación de la dinámica sindical en formas de mutualismo, socavaron los puentes que la unían con la base docente, provocando una ruptura casi total. La Celeste ya no echa raíces en la base y sus necesidades. Por lo tanto responde a otros intereses.

Muchas compañeras y compañeros no sabían que tenían que votar. Que el SUTEBA está en la CTERA o cuántas listas se presentaban. Tampoco cómo se participa en la vida sindical. Esto también nos interpela. ¿Qué caminos deberemos tomar para construir formas organizativas que representen genuinamente las necesidades y deseos de las miles de compañeras y compañeros que a diario pueblan las escuelas? ¿Qué formas y dinámicas tendrán los nuevos sindicatos; los que organicen la vida escolar para desarrollar su creatividad y poder transformador? ¿Qué de las viejas tradiciones debemos tomar y dónde innovar?

Pensar, crear.



Notas
(1) Las diferencias que motivan la fragmentación, van mucho más allá de problemas de cartel. Refleja la gran distancia que existe entre las distintas expresiones de la izquierda docente,acerca de cómo se construyen alternativas válidas a la política sindical. En este sentido, las elecciones hacen emerger, bajo la forma del debate, las enormes diferencias políticas en materia de relación y construcción por abajo. La Lila no está al margen de esta tensión, sobre todo en Provincia de Buenos Aires, donde los que conforman la lista lo hacen desde plataformas programáticas y con objetivos políticos no compartidos por el conjunto.

(2) La lucha de Santa Cruz, Neuquén y San Luis, por nombrar algunas; el intento de fraude en las elecciones de AGMER en Entre Ríos, etc.

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