Despidos y suspensiones en las industrias de la región.
La crisis económica mundial, originada en los países centrales debido a la especulación en los mercados financieros, empieza a golpear con fuerza en Argentina. La caída de los precios internacionales de las commodities, afecta directamente a una economía basada en el saqueo de los bienes naturales. La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, no es ajena a esta realidad. En los últimos meses, los trabajadores y trabajadoras han empezado a sufrir las consecuencias de esta crisis.
Numerosas fábricas, especialmente las pertenecientes a los rubros metalúrgico, petrolero y textil, han comenzado a suspender, adelantar vacaciones, reducir los salarios y hasta despedir a parte o a la totalidad de los/as trabajadores/as.
Las patronales, apelan a los despidos y suspensiones, con el objetivo de mantener altas las tasas de ganancias obtenidas durante los últimos años. Exigen incrementar la productividad a costa de mayor desempleo, y de esta manera descargan sobre los/as trabajadores/as una crisis basada en la acumulación de capitales y sobreproducción de bienes y servicios.
En reiteradas oportunidades, los empresarios optan por cerrar las plantas. Endeudamiento, vaciamiento y huida forman parte de las estrategias utilizadas con el fin de apropiarse de la mayor parte del capital disponible y dejar a cientos de trabajadores/as en la calle. Pero en muchos casos, la respuesta ha sido la ocupación de la fábrica y la posterior puesta a producir en forma autogestionada. Zanón e IMPA, como procesos emblemáticos, e instancias de reunión y coordinación como el Espacio de empresas recuperadas, sumados a fábricas recientemente ocupadas como Indugraf, Febatex, entre otras, muestran que los trabajadores son capaces de producir sin patrones, tomando las decisiones autónoma y horizontalmente.
Mientras tanto, el gobierno y la burocracia sindical pactan con las grandes patronales. El gobierno, por su parte, da vía libre al aumento de tarifas de servicios públicos y transporte, mientras mantiene los salarios por debajo de la canasta familiar. Las cúpulas sindicales, en sus distintos niveles, arreglan la cantidad de despidos y suspensiones, en vez de defender los puestos de trabajo, y fijan pautas salariales que están debajo de las necesidades del pueblo trabajador.
En este momento de crisis, es fundamental la organización de los/as trabajadores/as. Delegados de base, militantes, activistas, tenemos que unirnos para hacer frente a la avanzada del capitalismo a través de sus distintos actores, con el fin de crear una opción independiente al servicio del pueblo: la emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos.
Algunas cifras:
En REPSOL-YPF, los despedidos suman más de 300. En 2008, la ganancia de la empresa ascendió a U$S 3450 millones.
En Siderar (siderúrgica), que en el último ejercicio arrojo un resultado positivo de $1.800 millones, ha despedido trabajadores a través de la tercerizada Loginter, encargada de la descarga de bobinas en el Puerto La Plata.
Copetro ha paralizado 2 hornos de producción de carbón de coque.
ALUAR (aluminio), despidió a todos los trabajadores contratados por agencia y resolvió dar vacaciones forzadas a todo el personal.
EMAPI (pinturas), despidió al 25% de su planta.
Sniafa (textil), tiene la producción paralizada. Además, paga semanalmente.
Maffisa, ha suspendido a todo el personal.
RELAN (textil), cierre durante el verano.
Sodecia (autopartes), no hay producción.
Acorazado (textil), despidió a todos los trabajadores contratados.
Toredo (curtiembre), despidió a 115 operarios.
Albano Cozzuol, adelanto de vacaciones.
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