lunes, 4 de junio de 2007

Revista La Fragua no. 8 > CINE PRECARIO


La siguiente nota está relacionada con el videoclub, Videomanía, un histórico dentro de la ciudad de La Plata. Cuenta con un amplio catálogo de películas que difícilmente se hallen en otros lugares, cine arte, clásicos, cine político....pero no deja de ser una empresa privada y su principal objetivo consiste en maximizar el margen de ganancias. Para alcanzar dicho objetivo lleva adelante diversas prácticas cotidianas que someten a los empleados a condiciones precarizadas de trabajo. En este sentido, la jornada laboral está completamente flexibilizada ya que consiste en horarios rotativos azarosos al igual que el franco y medio semanal (aunque por supuesto nunca te va a tocar un fin de semana!!!).

Los horarios de trabajo, debido a la rotación, son totalmente imprevisibles, y son dados a conocer sin ningún tipo de anticipación. De esta manera, el trabajador llega al final de su día de trabajo y no sabe a que hora va a trabajar al día siguiente. Para enterarse tiene que llamar al local a última hora, y molestar a otro compañero para que averigüe y le informe. Por lo tanto, para trabajar en Videomanía necesitás tener total disponibilidad horaria, no porque el tipo de trabajo que uno realiza así lo requiera, sino que esto tiene que ver con cuestiones que hacen a mantener el control y la obediencia en el lugar de trabajo.

Otro gran punto de conflicto es la relación que se mantiene con los jefes. La relación jerárquica patrón – empleado es bien evidente a tal punto de que uno no tiene acceso a ellos cuando necesita realizar un reclamo. Incluso cuando se los interpela frente a frente, te miran y no se dignan a responder y si te contestan será de forma soberbia, eludiendo responsabilidades, y hasta incluso con explicaciones incoherentes.

Estos dos aspectos no se pueden analizar separadamente, y uno comienza a preguntarse si estas cuestiones realmente significan lograr una mayor ganancia para el patrón. Pero la rotación de horarios trae aparejada otra dimensión, tal vez más importante, el desgaste que se produce en los trabajadores donde todos los días se refuerza el lugar de autoridad absoluta que tiene el jefe. ¿Por qué autoridad absoluta? Porque deja de ser un patrón común y corriente, y pasa a ser la persona que dispone de tu vida; y día tras día tenés que estar llamando para ver cuando vas a entregar esas 8 horas diarias de tu trabajo. De esta forma no podes programar nada con anticipación, ni partidos de fútbol, ir a la facultad, cursos, ni armar un asado con tu familia un fin de semana, ni siquiera sacar turno con el médico.

A estas condiciones precarizadas de trabajo se deben tantas renuncias dentro del período de prueba (3 meses). Pero estos “dueños de tu tiempo” saben que el empleado que soporta este período de prueba, ya se acostumbró a tener la suela del zapato del patrón incrustada en su mejilla mientras lo aprisiona contra el suelo. Y los patrones van a poder realizar cualquier capricho que se les ocurra sabiendo que el empleado apenas va a susurrar para sí mismo su malestar.

1 comentario:

Natalie Wood dijo...

Me maravilla que alguien sepa tanto sobre ese entorno; por suerte... no sabe otras tantas cosas. Si mañana hubiera un juicio (estoy comenzando esta oración con un mero ejemplo)al estilo Nüremberg, ustedes quedarían perpelejos con las cosas que saldrían a la luz, deseando haberse conformado con la información que esta nota en este elocuente blog ya había publicado. A nuestro favor puedo decir, que cada uno tiene bien puesta la camiseta de ese rancho (porque su infraestructura es de rancho) porque los "jefes" son tan incapaces que somos nosotros quienes realizamos la limpieza, la administración, las ideas, los cambios, los comentarios, la página web, la distribución de películas, las recomendaciones y hasta el saludo inicial y final del video. Mil disculpas a quienes se vieron ofendidos por nuestro mal humor, es casi imposible a veces respirar y que en la exhalación no se nos escape una queja. Es un búnker, pero estamos bien, estamos acostumbrados.
Nada más, ah! si, obviamente las jornadas pueden llegar a ser de 11 horas (me ha sucedido).