lunes, 4 de junio de 2007

Revista La Fragua no. 8 > Trabajadores precarizados: primera caravana de escraches al patrón

Hoy, más del 35% de los asalariados son precarizados. Esto se traduce en una multiplicidad de formas de empleo que responden a las exigencias de flexibilización de las relaciones laborales. Cada vez son más los trabajadores sin un salario acorde a las conquistas históricas del movimiento obrero, sin obra social, sin jubilación, sin vacaciones pagas ni asignaciones familiares, sin el reconocimiento de antigüedad, sin licencias por enfermedad y embarazo, sin convenio colectivo, sin indemnización ni estabilidad de la jornada laboral, muchas veces realizando tareas en condiciones totalmente insalubres.

La política de empleo (flexibilización) laboral logró consolidar un estado de creciente fragmentación y estratificación de los sectores populares, produciendo una efectiva heterogenización y debilitamiento de los mismos, quienes perdieron capacidad para asociarse ante la imposición de cambios que inciden en la supresión de sus conquistas históricas. Por su parte, las organizaciones sindicales optaron por concentrarse en su "supervivencia organizativa" y sus propias prácticas las deslegitiman constantemente ante los ojos de los trabajadores.

Pero tal como ocurrió y ocurre con los desempleados, por fuera de las estructuras gremiales y a paso lento comienzan a perfilarse nuevas experiencias de lucha. En este sentido, la Coordinadora de Trabajadores Precarizados intenta romper con la fragmentación y trata de lograr unión en las luchas de diferentes sectores con la intención de encausar reivindicativa y políticamente los intereses de buena parte de los nuevos empleados. En palabras de la Coordinadora “Conforman dicho espacio compañeros sin derechos laborales a los cuales se nos dificulta organizarnos en nuestros lugares de trabajo, compañeras organizadas que no recibimos el apoyo de las burocracias sindicales, compañeros que no somos reconocidos como trabajadores (pasantes en universidades), o a quienes no se nos reconoce como trabajadores en relación de dependencia (monotributistas, contratos basura). Confluyen además encuestadores, operadoras telefónicas, camareros, animadoras de eventos, trabajadores estatales, mensajeras, cadetes, profesoras particulares, docentes, entre otros y otras”.

Este 1 de Mayo, la Coordinadora de Trabajadores Precarizados convocó a la primera caravana de escraches contra la precarización laboral, en la cual participaron alrededor de 300 personas. Haciendo suya una modalidad de protesta instalada por los hijos de desaparecidos, la caravana avanzó sobre locales y reparticiones públicas que simbolizan diferentes formas de explotación patronal. Ningún espacio o central gremial participó de la jornada. “Recurrir a un sindicato muchas veces no pasa por la cabeza de los trabajadores ya que está desdibujada la imagen del sindicato como algo que te puede ayudar. La idea es fortalecer las organizaciones que quizás no tienen legitimidad jurídica o sindical, pero sí legitimidad en cuanto a las problemáticas que se dan en cada uno de los empleos”, explica un vocero de la Coordinadora.

Los lugares elegidos para escrachar surgieron como símbolos de la precarización de las distintas ramas que están participando de la Coordinadora, es decir que fueron elegidos entre otros muchos posibles. El Estado, en particular, aparece como el principal agente de precarización laboral. Es así que el recorrido arrancó frente al edificio de la Jefatura de Gobierno porteño donde el gobierno de Telerman bajo la forma del Decreto 948 precariza las condiciones de empleo de los trabajadores.

En la puerta de la empresa de telefonía celular Movistar se montó una obra de representación callejera entre un gerente y un teleoperador de atención al público. El “jefe”, subido a los hombros de su empleado, le explicaba los beneficios de no dialogar con sus compañeros de trabajo: “Si no, te vas a ganar un despido”. Una trabajadora de Atento, tercerizada de Telefónica, usó el megáfono para difundir su lucha.

El grupo avanzó más tarde entremezclándose por la peatonal Florida hasta la sede del Instituto Superior de enseñanza Mariano Moreno, donde los títulos tienen validez oficial pero a los docentes no se les respeta el estatuto. Entre otras cosas, en estos institutos los profesores dictan clases simultáneas a tres grupos de alumnos de distintas materias y bajo un rígido control de contenidos. “La precarización del conocimiento fomenta la desigualdad”, leyó un docente. Un joven personificando al prócer, luego de denunciar a las autoridades terminó convertido en piquetero. Previamente la caravana había expresado su solidaridad con las luchas docentes de Neuquén, Santa Cruz y Salta.

Luego, siguió el turno del rectorado de la Universidad de Buenos Aires. “Somos trabajadores”, manifestó al megáfono un joven. La ley que regula las pasantías legitima la explotación de los estudiantes por parte de diversas empresas y el Estado, donde los alumnos realizan las mismas tareas que cualquier trabajador por sueldos muchos menores y sin ningún derecho laboral. No son reconocidos como trabajadores. En sintonía, la organización interna de las cátedras universitarias generó miles de profesores ad honorem.

De ahí a la consultora OPSN, donde un encuestador denunció que los mismos estudios que informan en los medios nacionales los altos índices de trabajo en negro, contratan a sus empleados sin respetar el convenio colectivo. La denuncia abarcó a las consulturas Mora y Araujo, Rosendo Fraga, Artemio López, Graciela Roemer, Julio Aurelio y al INDEC. Exigieron el blanqueo y el cumplimiento de los derechos laborales, la paga de salarios según la paritaria de 2006 de horas extras y la facilitación del material adecuado para el trabajo.

También se escracho a Teleperformance, donde un integrante de la agrupación “Teleperforados” denunció los problemas de salud de los operadores, quienes, según dijo, "deben pedir permiso hasta para ir al baño”. La caravana arribó al ministerio de Trabajo. La pregunta hecha canción varió de “¿A dónde está que no se ve esa gloriosa CGT?” a “¿A dónde están que no se ven la CTA Y la CGT?”.

Con estas nuevas dinámicas de protesta para nuevas formas de explotación, la Coordinadora de Trabajadores Precarizados se asume como parte de la tradición de lucha y reclamó por “las conquistas históricas de los trabajadores”. Muchos de los que participaron de la caravana decidieron marchar con caretas de playmovil buscando hacer visible la invisibilidad a la que la precariedad los somete en tanto dificulta o imposibilita la organización sindical, pero también estas caretas simbolizan la homogeneidad de la situación precaria que se comparte como trabajador, más allá de la heterogeneidad de ramas laborales. Es decir, de otro modo, intentan subvertir la fragmentación de los trabajadores haciendo visible la identidad colectiva de trabajador precarizado.

Rememorando el 1º de Mayo como una jornada de lucha y no sólo como un día de descanso la primera caravana de escraches convocó a organizarse en cada lugar de trabajo para construir la unidad desde abajo con lucha y organización.

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