lunes, 4 de junio de 2007

Revista La Fragua no. 8 > Editorial

1 de Mayo. Día del trabajador y trabajadora

La convocatoria que los trabajadores norteamericanos realizaban para la manifestación del 1ro de Mayo de 1886 señalaba que esa jornada debía ser “un día en que con tremenda fuerza la unidad de los trabajadores se movilice contra los que hoy dominan el destino de los pueblos de toda nación. Un día de protesta contra la opresión y la tiranía, contra la ignorancia y la guerra. Un día para comenzar a disfrutar de 'ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas para lo que nos dé la gana'”.

La huelga por la jornada de ocho horas se extendió de costa a costa en los Estados Unidos. Más de cinco mil fábricas fueron paralizadas y 340.000 obreros salieron a las calles a manifestar sus reivindicaciones. En Chicago los sucesos tomaron rápidamente un sesgo violento, que culminó en la masacre de la plaza Haymarket perpetrada por la policía.

Hoy a 121 años de aquella jornada, los trabajadores seguimos luchando por nuestros derechos básicos: reducción de la jornada de trabajo, salarios dignos iguales a la canasta familiar, mejores condiciones de trabajo, el fin de la precarización laboral.

Frente a la lucha del pueblo trabajador por sus derechos, la respuesta en 1886 fue la represión que costó la muerte de muchos trabajadores. Hoy, nuestra lucha, la lucha de los docentes de Neuquén, Salta y Santa Cruz, la lucha de los trabajadores Estatales en la provincia de Buenos Aires, el conjunto de las luchas de los trabajadores, siguen siendo reprimidas y el asesinato sigue siendo la respuesta a nuestras demandas.

Debemos recuperar el 1ro de mayo como día de lucha, como día de rebelión y no simplemente de descanso. En las calles, en ese 1ro de mayo de 1886, los trabajadores movilizados coreaban “Nos proponemos rehacer las cosas/ Estamos hartos del trabajo por nada,/ escasamente para vivir;/ jamás una hora para pensar".

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